Como ya he dicho, cuando se me ocurrió la idea de hacer un blog, sin pensar en las consecuencias que otro blog habría de tener en la terriblemente atorada supercarretera del ciberespacio, jamás pensé que pasar de ser uno de los tantos** billones de anónimos habitantes del planeta para finalmente obtener una real y verdadera identidad (no había reparado en el hecho de ya poseerla dado que existe en el ciberespacio una dirección que me permite enviar y recibir emilios***) jamás pasó por mi mente que habría de perder tanto tiempo como el perdido hasta este momento, tiempo que pude haber empleado en cosas más productivas.
Pero no tengo idea de cuáles cosas pudieran ser más productivas y, en la seguridad de que he de perder aún muchísimo más tiempo del hasta ahora perdido, caigo en una especie de depresión proustiana, peor aún de la que pudo haber sufrido Proust a lo largo de su vida, tratando de encontrar el tiempo perdido.
¿Qué hacer?
¿Cómo escaparle a este vicio?
¿Cómo recuperar el tiempo perdido?
*hueba=internet
**¿cuántos somos en este preciso y fugaz instante?: más de 6.985.582.000 al momento de escribirlo. Si se quieren ver datos actualizados segundo a segundo ir a: http://www.ibiblio.org/lunarbin/worldpop
***emilios=correo electrónico
Hommage à Proust; Reliable Time Keeper; 3 Adjustments; 21 Jewels; Heat & Cold; B. Huthep. Swiss; À la recherche du temps perdu; À l’ombre des jeunes filles en fleur ©® Rubén Tomasov, 1997 (La aguja del reloj se mueve dando un pequeño pero perceptible salto a cada segundo. Me da mucha pena no saber cómo mostrar este homenaje en movimiento en la hueba; para poder hacerlo debo perder aún más tiempo...)
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